Hay diversas formas de atar a las personas con esta técnica, sin embargo, la más utilizada es con cuerdas de texturas estimulantes y suaves de unos 10m. Algo muy importante es que la cuerda debe ser del agrado total de la persona que será amarrada.
Ambos pueden turnarse para darle placer al otro, ya sea con el simple roce del tacto, masturbación o penetración con la suave variación en la presión de la atadura; suave o rígida, depende por completo del gusto de cada quien.
Existen diversas formas de atar, pero la más frecuente es la de los brazos detrás de la espalda. Otras que seguro te exitarán consisten en trazar patrones o figuras con las cuerdas en la parte superior del torso; pueden ser hexagonales como un panal o con forma de cometa, aquí el límite es tu imaginación y tu habilidad para hacer las ataduras.
Aunque muchas personas simplemente gozan de las las ataduras que sólo se realizan en los genitales ya que suelen ser muy eróticas para practicar caricias super hot, hacer sexo oral o simplemente estimular todas las partes erógenas del cuerpo. La idea es que la persona en control pueda crear distintas experiencias y posiciones para la otra persona basándose en lo que le gusta o lo que quiere explorar.